viernes, 17 de agosto de 2012

El sueño dormido

     He arrancado ya la noche de mis párpados cuando el despertador ajeno a mis sueños impulsa una nueva jornada. Meto mis pies en los zapatos dorminos y con ellos camino mi vida, abrazo a mi gente e hipoteco mi tiempo, mientras la inercia se hace dueña y señora de mi existencia.
     En esa jornada me esfuerzo persiguiendo fantasmas, atrapo humo en bancos de seguridades y encarcelo ideas y ganas peregrinas de lanzarse a la aventura de vivir y de tal vez despertar...
     Así, cada mañana, continúo arrancando la noche de mis párpados y recorriendo una vida silenciosa... el sueño continúa dormido.
Trsite y bello, así contado, ocurre hasta en las mejores familias y al menos un rato cada día.

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