domingo, 27 de marzo de 2011

Encontrando-me

Pasiones, sentimientos, entendimientos silenciosos, momentáneos y eternos de lo que puede ser la vida. Me gustaría sobrecogerme con el amor y con la risa, con ese sentimiento tal que fluye por nuestra piel y nuestro aliento, que nos hace escribir sin parar y necesitar viajar y pintar y amar cualquier forma auténtica de arte que nos permita expresar y parir aquello que llevamos dentro.
Qué a menudo nos enseñan a controlar, a bloquear, a obviar esa respiración profunda y entrecortada que representa la vida, que nos enseñan a apartarnos a tiempo y a anudar nuestras gargantas, a callar nuestro canto, a sentarnos en lugar de correr libres y salvajes por los bosques de nuestra alma, que nos enseñan y nos recuerdan que nuestros vientres deben estar calmos y somnolientos, que nuestro corazón debe ajustarse al latido adecuado, al ritmo de la felicidad que compramos en las películas.
Y que lo único que anhelo con mi canto es a fluir libre y sin trabas, a amar apasionadamente, a vivir como si hoy pudiese ser la última vez que mire tus ojos, a bailar hasta caer rendida, sonriente, a llorar sin pena, dejando que la emoción inunde el instante para que con el sol pueda evaporarse y hacer crecer un arco iris.

Que te miro y me miro, y miro a quien me rodea y de nuevo vuelvo a mirar hacia dentro, creyendo saber lo que voy a encontrar, convencida de cuáles son mis pasos, convencida de entregarme por completo a cualquier cosa que haga en la vida… y una vez más me sorprende lo que encuentro. Dejo que la razón no engañe al corazón, dejo que el sentimiento sea más puro, más salvaje y más fuerte que el pensamiento.
Y entonces me descubro en mis potenciales y mis debilidades, en mis guerras y en mi paz, en mis pasiones y mis sueños… y simplemente lo observo, no quiero juzgarlo, no quiero darle fuerza, ni quitársela, no es momento de avivar el fuego pero tampoco es momento de permitir que se apague. Es momento de vivir, de sentir, de redescubrirme y disfrutarme en todo mi potencial en todo lo que SOY, porque sólo así algún día cercano, podré al fin elegir verdaderamente quién quiero SER, de acuerdo con la esencia más pura de lo que en el alfa y el omega de mi vida infinitamente SOY.

sábado, 19 de marzo de 2011

El regalo de fluir con el día

El placer, el regalo de fluir con el día, con la lluvia que va limpiando nuestro rostro, nuestra alma, las dudas, los espectros de calles y carreteras, del asfalto que enturbió nuestra relación con la tierra. El regalo, la medicina de tener tiempo en soledad sin estar solo, de poder parar, escuchar, dejar que tu alma te atrape y camine o repose de nuevo a tu lado. La medicina, la profundidad que trae consigo la calma, el poder escribir, meditar, descansar o simplemente no hacer nada a parte de respirar.
Los viejos amigos, los grandes amores, los sueños eternos, la mano siempre tendida, el AMOR con mayúsculas, la lluvia serena, la madre que acoge, el hombre que siembra, el camino que se recorre, el abrazo que nos salva, la melodía que ilumina, el tiempo que pasa, la memoria que despierta, la luna que cambia, la vida que nace, el ciclo que acaba, la Tierra que gira, la sonrisa que habla, el ojo que guiña, el padre que AMA.
Gracias por tantos regalos siempre escondidos, siempre visibles… por esta calma que continuamente cambia, por el anhelo, por el desvelo y por la duda, que siembra sueños y despierta realidades, que nos guía y nos canta, que nos cura y nos mata. Que no hay muerte verdadera sino vida eterna en nuestra alma… y no hay verdades más grandes que las que se escuchan callada.

Deja que tu vientre hable

Deja que tu vientre hable y cuando hable deja que sus sonidos se propaguen en todas las direcciones y sea su voz la que hable al mundo, la que le obligue a mirarse a los ojos y descubrir que llevamos años dando pasos hacia el lado equivocado.
Aún se puede volver, se puede regresar, pero para eso… deja  que tu vientre hable, deja que rompa el silencio y lo inunde todo con su esencia. Deja que entre en ti, deja que tu vientre hable.