sábado, 19 de marzo de 2011

El regalo de fluir con el día

El placer, el regalo de fluir con el día, con la lluvia que va limpiando nuestro rostro, nuestra alma, las dudas, los espectros de calles y carreteras, del asfalto que enturbió nuestra relación con la tierra. El regalo, la medicina de tener tiempo en soledad sin estar solo, de poder parar, escuchar, dejar que tu alma te atrape y camine o repose de nuevo a tu lado. La medicina, la profundidad que trae consigo la calma, el poder escribir, meditar, descansar o simplemente no hacer nada a parte de respirar.
Los viejos amigos, los grandes amores, los sueños eternos, la mano siempre tendida, el AMOR con mayúsculas, la lluvia serena, la madre que acoge, el hombre que siembra, el camino que se recorre, el abrazo que nos salva, la melodía que ilumina, el tiempo que pasa, la memoria que despierta, la luna que cambia, la vida que nace, el ciclo que acaba, la Tierra que gira, la sonrisa que habla, el ojo que guiña, el padre que AMA.
Gracias por tantos regalos siempre escondidos, siempre visibles… por esta calma que continuamente cambia, por el anhelo, por el desvelo y por la duda, que siembra sueños y despierta realidades, que nos guía y nos canta, que nos cura y nos mata. Que no hay muerte verdadera sino vida eterna en nuestra alma… y no hay verdades más grandes que las que se escuchan callada.