martes, 13 de diciembre de 2011

CONFÍA


En ocasiones, tenemos la posición privilegiada que nos permite sentir la luz y el calor del Sol, acariciándonos sobre nuestras cabezas, mientras un mar de nubes cubre pueblos, valles y personas bajo nuestros pies. Eso nos recuerda, que no importa cuán fuerte sea la tormenta o cuán espesa la niebla que bloquea la visión. El Sol sigue brillando ahí arriba y con él la promesa de que detrás de cada duda o cada paso, la Luz nos espera.

¡CONFÍA!


EL ARTE DE LOS HORIZONTES



SI DIOS PRACTICASE ALGUNA RELIGIÓN...
SIN DUDA SERÍA LA DEL ARTE.