jueves, 23 de agosto de 2012

Buscándonos en el cielo

Cuando era pequeña me decían que era imposible contar todas las estrellas del cielo, y que si lo intentabas te saldrían verrugas.
Hoy, no sé si me sorprende más la maldición que caería sobre nuestras cabezas o el origen de ese anhelo, ya inscrito en el niño, de mirar el cielo y buscar el orden en el aparente caos de la inmensidad.

3 comentarios:

Elena Guevara dijo...

¿Sabías que hay más estrellas en el universo que granos de arena en todas las playas de la tierra?
Y los niños te dirán que no importa cuántos granos haya... mientras se puedan hacer castillos de arena con ellos. ;)

Mari dijo...

Por eso la importancia a pesar de las preguntas, de no dejar atrás al niño que somos. Porque los niños nunca se dejan atrás asi mismos, ni su capacidad de disfrute aunque las preguntas no hayen respuestas.

Anónimo dijo...

Hola Maris,

pensando en las estrellas me vino a la cabeza este cuento...

“La NiñA dE Las EstrELLAs”

Todavía es una niña pequeña de piel morena, fugaces ojos oscuros en una cara tan de pan, una nariz un tanto aguileña que decora una increíble sonrisa sincera con un largo cabello negro que ondea al ritmo del viento (del Sr. Viento!!). Ella estaba en una playa fina arena negra, cercada por varias laderas de montañas, cuyas lomas se asemejaban a las jorobas de un camello, dibujadas por dos veces en acuarela.

En aquella playa, en aquella isla, la marea no paraba de arrastrar estrellas de mar. Éstas, ante el fuerte oleaje se quedaban varadas en la fina arena de playa. Cuando el Sol comenzase a calentar el nuevo día, aquellas estrellas se secarían y morirían. Aquella niña se dio cuenta, y comenzó una a una, a devolver las estrellas al mar. Lo que pretendía era imposible, había tal cantidad de estrellas en la orilla que no podría ni si quiera salvar a una pequeña parte. Yo casualmente, pasaba por allí, me fijé como aquella niña estaba profundamente envuelta en aquella extraña labor. Entonces, con curiosidad, me acerqué a preguntarla...


“¿Por qué intentas devolver estas estrellas al mar?, ¡no ves que es imposible!, hay tal cantidad de estrellas en la arena que no podrás salvar a todas. ¡No vas a cambiar nada!”.


La niña me mostró una pequeña estrella que acaba de tomar de la arena. Y me respondió…


“No cambiaré nada, pero ¡para esta estrella si que será un cambio!”

bzz
Víctor