jueves, 4 de agosto de 2011

Más de 100 mentiras... que valen la pena

Cuando era más joven (digo en años, porque en espíritu me supero a cada instante, je,je), tenía la fantástica manía de retorcer los malos días para sacarles jugo y recordarme a mi misma las más de 100 mentiras por las que la vida vale la pena. Y así rellenaba folios arrugados de esos pequeños detalles que marcaban la diferencia y nos rescataban como al pez que después de pescado deciden devolver al mar, para que a pesar de su corta memoria, pudiese celebrar el hecho de estar vivo.
Ya perdí esa costumbre, sin embargo hoy, tal vez porque es un día cubierto con un halo melancólico o porque simplemente me da la gana (por suerte no todo tiene que responder a un por qué) me doy el lujo de rescatar de la memoria esa genial costumbre y comparto con quien quiera escuchar, estas mentiras que son más verdad que cualquier verdad que hayamos aprendido.
Dormir cuando tienes sueño. Comer cuando tienes hambre. Beber cuando tienes sed. El cielo estrellado de las noches de verano justo cuando vuelves a casa. El sol de invierno. La copa de vino en buena compañía. Las nubes dulces y congeladas. El olor a barbacoa en casa del vecino. El mar mojándote los pantalones que con mucho cuidado habías remangado. La canción que dice lo que necesitas oir. La sonrisa inesperada. Los chistes sin sentido. Las conversaciones intemporales en la puerta de casa. El olor de la tierra después de una tormenta de verano. Los macarrones al horno con mucho queso. El abrazo prolongado y compartido a partes iguales. La Pedriza. Los viernes por la tarde. Los sábados por la mañana. Abrir la ventana al despertar y que haya salido el Sol. La luna llena. Los sobrinos y otros peques que se convierten en personas que te emocionan. Las terrazas con cerveza fría y aperitivo. Los viajes cuando empiezan. Los viajes cuando regresas a casa. Tu cama con un edredón que te envuelve. Las siestas debajo de un árbol. Los amaneceres y atardeceres en cada rincón de ti mismo. Los conciertos. La magia. Las pelis con magia. Los entendimientos silenciosos. Los taper con comida de la abuela. Llegar a casa. Abrir la nevera para ver qué te apetece. El cuento que se crea sí mismo. El Amor que triunfa. Los aspersores que te sorprenden y te empapan o los que te empapan por que vas a encontrarte con ellos. Sentarte en una piedra en lo alto de la montaña y descubrir que el horizonte es infinito. Reconocer un momento como algo único e irrepetible. Sentir que amas. Sentir que eres amado. Llorar de alegría. Emocionarte sin más. Descubrir que la vida es una broma muy seria y reir sin parar. Sentarte cerca de un fuego. Abrir la ventana cuando llueve. Bailar sin coreografía. Seguir caminando. Reconocer el ahora como un presente. Presentarte sin guión. Vivir sin miedo...
Más de 100 verdades para deshacer mentiras. Y como empezaba esta lista me voy a disfrutar, voy a dormir porque tengo sueño. 

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