viernes, 14 de octubre de 2011

ÁRBOL MILENARIO


   Los pájaros fueron creados para volar libres y los metemos en una jaula. ¡Hay tantas formas de perder la libertad! Nos creemos libres porque podemos elegir la marca de nuestro coche, porque podemos decidir si las vacaciones las pasamos en la playa o en el montaña, qué libros leemos y cuándo dejamos de hacerlo, si tenemos o no un hijo, qué nombre ponerle y a qué colegio llevarle. No desprecio esto, sé que otros tiene privadas libertades mucho más básicas... pero aún así, nos equivocamos.
   Soy libre de irme y libre de quedarme, pero la pregunta no es si me voy o me quedo, sino si soy libre de mi misma. El árbol que hoy me cobija no puede cambiar de lugar, ni evitar que los gusanos coman sus hojas, sin embargo, siento que es más libre que yo, que el niño que escala sus ramas, o que el hombre que tala su tronco. No porque no poseamos su misma libertad o más, sino porque aún no la hemos conquistado.

2 comentarios:

TERE dijo...

Reinventarse no quiere decir convertirse en alguien distinto a quien se es, sino sacar a flote nuestro verdadero SER. Es en este nuevo espacio de posibilidades donde afloran la creatividad, la sabiduría y la energía que transforman por completo nuestra experiencia, trayendo una mayor serenidad, ilusión y confianza a nuestras vidas. Está en nosotros, en el ejercicio de nuestra libertad personal, hacer elecciones que paulatinamente nos lleven a transformar nuestra forma de mirar.

Mari Ángeles Sancayo dijo...

Así es!!! Que viva la creatividad, reinventémonos a nosotros mismo y reinventemos este mundo!!!!